Cojonera y convergente, así es Lucía Caram

Forma parte de la fundación de la mujer de Salvador Tous y defendió su públicamente al yerno del matrimonio cuando fue procesado por la muerte de un supuesto ladrón
sor lucia caram
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«No soy política ni hago política. Tampoco tengo militancia porque así hablo en libertad», dijo Lucía Caram en un acto de campaña electoral de CiU en presencia del alcalde Xavier Trias y del presidente Artur Mas. Los tres conversaron sobre la obra de gobierno del Ayuntamiento de Barcelona y de la Generalitat en materia social.

En otro momento de la conversación, Lucía Caram soltó que «No estoy para presentar soluciones sino para ejercer de monja cojonera» y, de hecho, también ejerce de monja convergente. Si Ada Colau cuenta con el apoyo de Teresa Forcades, monja benedictina izquierdista; Trias i Mas se pasean con Lucía Caram, una dominica conservadora.

Los lectores de El Periódico la han escogido «Catalana del año» por su papel como monja, tertuliana, locutora, articulista, conductora de espacios de cocina -es la estrella televisiva del Canal Cocina, con el programa de recetas «Sor Lucía» – y activista social.

Precisamente, Lucía Caram ejerce este activismo social en la Fundación Rosa Oriol, una entidad con sede en Manresa que tiene como misión la ayuda a las familias sin recursos. La fundadora es la manresana Rosa Oriol, esposa de Salvador Tous, que son los propietarios de Tous, la marca de joyería, moda y complementos de lujo.

En el patronato de la Fundación Rosa Oriol, la monja cojonera coincide con Helena Rakosnik, la esposa de Artur Mas, y con Pilar Rahola, la biógrafa de Artur Mas y una de las plumas más afiladas en defensa del presidente.

Cuando Lluís Corominas, yerno de los Tous, fue procesado por la muerte a tiros de un supuesto ladrón en el exterior de la residencia familiar de Pineda de Bages, Lucía Caram salió en defensa del acusado, de manera enérgica y pública. Por cierto, el pasado enero trascendió que Corominas, al que un jurado popular absolvió en 2011 de un delito de homicidio, ha pagado una indemnización de cerca de 300.000 euros a la familia de la víctima, Sinani Gazmend, de nacionalidad albano-kosovar, y ha conseguido así apartarla del proceso, aún pendiente de recurso en el Tribunal Constitucional.

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