Más de 500 entidades sociales y la mayoría de los partidos políticos impulsan la Declaració del Maresme, un documento surgido del consenso en esta comarca, logrado después de un año de debate.
Sus promotores, entre los que no se cuenta CiU, reclaman que la autopista C-32 entre Montgat y Palafolls pase a ser una vía rápida de comunicación comarcal sin peaje en 2016 y que la carretera N-II se convierta en un gran paseo con el objetivo de recuperar para los ciudadanos la franja litoral. También plantean «un nuevo modelo de movilidad basado en la sostenibilidad, la ordenación del territorio y el transporte público».
Preservem el Maresme ha impulsado esta declaración, que quiere «poner fin al agravio de 46 años de autopista de pago». Lluís Mas, miembro de la coordinadora, recuerda que «esta vía ya ha sido más que amortizada» y reprocha a la Generalitat que haya prometido que la concesión de la C-32 finaliza en 2021 y que haya firmado un convenio con la empresa que la gestiona para ampliar el plazo a cambio de prolongar la autopista hasta Lloret.
Salvador Milà, diputado de ICV-EUiA, anunció la intención de llevar al Parlamento de Catalunya una propuesta de resolución para que se adhieran los grupos que lo deseen y se pueda debatir en junio.
