Abdullah Al-Muqbel, ministro de Transporte de Arabia Saudí, es ingeniero y considera que las obras del consorcio español encargado del AVE que conectará Medina y La Meca son lentas y que el trabajo de la compañía española subcontratada es «deficiente».
Estas palabras, posteriores a su visita a las obras del taller central en Medina la semana pasada, reavivan las tensiones sobre un proyecto en el cual trabajan juntas Renfe, Adif, Talgo, Indra, Cobra (de ACS), OHL, Copasa, Dimetronic, Inabensa, Imathia, Consulstrans e Ineco.
Los reproches por la lentitud en la ejecución de las obras de esta infraestructura son recurrentes. Meses atrás, el consorcio que aglutina a las citadas firmas fue amenazado con la cancelación del proyecto y con acciones judiciales si no apretaba el acelerador. Fuentes del consorcio, llamado Al-Shoula, citadas por El Economista, dicen que las obras van «a buen ritmo», que la postura del ministro Al-Muqbel es exagerada y que cumplirán los plazos. Pero el ministro Al-Muqbel ha solicitado al consorcio que prepare un plan para compensar los retrasos y que se plantee un plan B con otros contratistas que ejecuten la obra.
La mano del rey
La ministra de Fomento, Ana Pastor, y el rey Juan Carlos I tuvieron que ejercer de bomberos meses atrás para apaciguar los nervios. Juan Carlos de Borbón, que mantiene una relación estrecha con la familia real saudí, de hecho, es considerado clave en la consecución de aquella obra, que tiene más de 6.700 millones de euros de presupuesto.
Su amiga y colaboradora Corinna zu Sayn-Wittgenstein, según publicó Interviú en febrero, efectuó una serie de gestiones delicadas, entre ellas actividades por las cuales cobró comisiones vinculadas al AVE de Arabia Saudí. Corinna llegó a representar en alguna ocasión a la Corona española en Riad, cómo ha reconocido el grupo empresarial Kingdom Holding Company, propiedad del príncipe Al-Walid Bin Talal.
