El juez Pablo Ruz, instructor del caso Neymar, ha propuesto que se juzgue a los dos últimos presidentes del FC Barcelona, Sandro Rosell y Josep Maria Bartomeu, así como a la entidad misma, por fraude fiscal -ejercicios de 2011, 2013 y 2014- y por administración desleal en el fichaje del delantero brasileño.
El criterio del Fiscal ha prevalecido y el banquillo de los acusados espera, así pues, a Rosell y Bartomeu. Tendrán que responder por los 13 millones de euros que, según el auto de Ruz, totalizó la defraudación del club azulgrana. La petición de Rosell para trasladar el caso a los juzgados de Barcelona ha sido considerada un intento de dilación y se ha desestimado. Según Ruz, el fichaje de Neymar costó casi 83,4 millones.
El fin de la instrucción de este caso lleva más allá la judicialització de la vida de un club que tiene, además, a uno de los miembros de su Junta Directiva salpicado por acusaciones de cooperación activa con organizaciones criminales en blanqueo de capitales: las efectuadas por el Tesoro de los EE.UU. contra la Banca Privada de Andorra (BPA).
Se trata del andorrano Ramon Cierco i Noguer, que es copresidente de la BPA y, además, vicepresidente de la Fundación del Barça y directivo responsable de fútbol formativo. Es decir, del plantel, una de las joyas de la entidad.
