El presidente Artur Mas siempre presume en público de «hacer las cosas bien» y de meditar cuidadosamente sus decisiones antes de anunciarlas. Pero esta pretensión queda clamorosamente desmentida con la estrambótica convocatoria de elecciones diferidas… ¡al próximo 27 de septiembre!
El 27-S no es una fecha cualquiera del calendario. Es el cuarto domingo del mes de septiembre y este 2015 resulta que culminará un largo puente festivo, al coincidir la Mercè -la Fiesta Mayor de la capital de Catalunya- en jueves. En esta época del año todavía acostumbra a hacer buen tiempo y es lógico pensar que miles de personas de Barcelona y su área metropolitana aprovecharán el puente para viajar o para pasar unos merecidos días de descanso en la playa o en la montaña.
No creo que en el Palau de la Generalitat se les haya escapado esta coincidencia a la hora de escoger la fecha de «las elecciones más importantes de la historia de Catalunya». Al contrario, creo que lo han hecho expresamente y con una intención tan descarada como deshonesta: aprovechar que la gente de la conurbación de Barcelona, mayoritariamente refractaria a la independencia, hará el puente de la Mercè para motivar su abstención masiva y, de este modo, primar los votos de la Catalunya más propicia a los postulados de CiU y ERC.
La maniobra para que el 27-S ganen los partidos proindependentistas, por incomparecencia de muchos no-independentistas a las urnas, es tan burda y tan sucia que hace vomitar de asco. Decidiendo la fecha del 27-S, competencia que tiene en exclusiva, Artur Mas se retrata él solo: el Molt Honorable es un tramposo a quien asustan la democracia y el «derecho a decidir» que tanto dice defender.
Yo siempre acataré las decisiones que adopte mayoritariamente el pueblo de Catalunya en las urnas. Ya he explicado repetidamente, en artículos precedentes, porqué considero que nuestra independencia no es posible ni viable en estos momentos en el actual marco de la Unión Europea. EL TRIANGLE, y de esto puede dar testimonio todo el mundo, siempre ha tenido las puertas abiertas a los independentistas, especialmente cuando era una opción marginada y perseguida. Ahora bien, intentar acceder a la independencia aprovechando el puente de la Mercè lo considero un fraude electoral inaceptable.
Por supuesto, todas las personas que quieran marchar estos días de septiembre tienen la opción de ejercer el voto por correo o volver temprano a casa, antes de que no cierren los colegios electorales. Pero todo lo que sea dificultar el derecho de voto en unos comicios que se nos quieren vender como plebiscitarios es, claro y alto, una estafa.
Puesto que el presidente Artur Mas ha decidido mandar a paseo a los catalanes que vivimos en el Área Metropolitana de Barcelona, pido desde aquí que Esquerra Republicana, la Assemblea Nacional Catalana, Òmnium Cultural, el Consell Assessor per la Transició Nacional, la Associació de Municipis per la Independència y el Pacte Nacional pel Dret a Decidir hagan ver al Molt Honorable que ha cometido un gravísimo error en la elección de la fecha de los próximos comicios y que es preciso que lo enmiende.
¿Qué pensaríamos si Mariano Rajoy convocara las próximas elecciones generales coincidiendo con el puente de la Constitución? ¿O que pensarían los franceses si su presidente convocara las elecciones coincidiendo con el puente del 14 juillet, cuando se produce una gran «estampida» de la población?
Catalunya no se merece a un presidente que nos quiera tomar el pelo y que ponga trabas para votar a quienes piensa que no le «compran la moto». El calendario de 2015 tiene, más allá del 27-S, otros domingos donde se pueden plantar las urnas con todas las garantías democráticas para incentivar la participación de todos los catalanes.