La dimisión como ministra de Sanidad no fue, ni mucho menos, el punto final de las polémicas de Ana Mato. Cercada por su vinculación a la trama Gürtel, dejó el Gobierno justo antes de que Mariano Rajoy expusiera en el Congreso de los Diputados el pasado 27 de noviembre un puñado de medidas contra la corrupción y en diciembre, se supo que recibiría un incremento salarial -de 1.046,48 euros- gracias a su nombramiento como vicepresidenta de la Comisión de Cooperación.
Las decisiones que han empobrecido la calidad de la sanidad pública durante los últimos años se vuelven en contra de Ana Mato en forma de querella. La presenta la Plataforma de Afectados por la hepatitis C, que la culpan de haber dejado morir a unos 4.000 pacientes, en la Audiencia Nacional. Los denunciantes indican que lo hizo restringiendo el acceso a medicamentos de última generación que ya estaban aprobados y acusan a la exministra de omisión del deber de socorro.
Los miembros de esta plataforma, que protestaron en una marcha ante la Moncloa el pasado sábado, se plantean la posibilidad de incluir a Mariano Rajoy en la querella como «responsable último», si esta es admitida a trámite.
