La patata caliente de la adjudicación de Aigües Ter-Llobregat (ATLL), la gran privatización del Gobierno de Artur Mas, sube de temperatura. El Tribunal Supremo determinó que Acciona, ganadora del concurso, tenía que perder el contrato porque, según el Organismo Administrativo de Recursos Contractuales de Catalunya (OARCC), su oferta no cumplía los requisitos de presentación. Pero ahora la mesa de contratación creada por la Generalitat de Catalunya ha comprobado que la oferta perdedora de Agbar tampoco cumplía el calendario de las obras de ATLL, lo cual impide que el contrato recaiga en esta otra compañía, publica Vozpópuli.
Según el informe jurídico de la Generalitat, ambas empresas «se encuentran en una situación idéntica porque las dos incurren en el mismo defecto» y «en el momento en que la OARCC decide excluir a un licitador por considerar que el calendario de obras tenía carácter obligatorio sin valorar que precisamente la empresa recurrente había incurrido en el mismo supuesto vicio, este organismo -la OARCC- está vulnerando el principio de igualdad».
Después de este informe, la Generalitat tiene dos posibilidades. Por un lado, convocar un nuevo concurso abierto también a otros candidatos. Por otro, esperar que el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya decida sobre el fondo del caso. De momento, con el contrato todavía vigente, Acciona ha hecho saber que gestionará ATLL hasta que reciba «la compensación que corresponda» y la Generalitat «disponga lo contrario».
