Eduardo Torres-Dulce ha dimitido este jueves como fiscal general del Estado un día después de congelar dos importantes nombramientos porque «tenía que reflexionar de cara al futuro».
El impulsor de la querella contra Artur Mas, Irene Rigau y Joana Ortega por la celebración del 9N alternativo ha estado casi tres años al frente de la Fiscalía, desde el 27 de enero de 2012. Ha chocado con los dos ministros de Justicia de Mariano Rajoy, Alberto Ruiz-Gallardón y, sobre todo, con Rafael Catalá, al respecto de la consulta soberanista y el caso Bárcenas.
En un comunicado publicado por la Fiscalía, se atribuye su renuncia a «motivos personales». Este miércoles había sorprendido al Consejo Fiscal retirando de la orden del día de la sesión los informes sobre los nombramientos del jefe de la Inspección y del jefe de la Fiscalía ante el Tribunal Constitucional.
La misma nota, de sólo tres líneas, indica que Torres-Dulce volverá a su plaza en la Fiscalía ante el Tribunal Constitucional.
