En la Catalunya preindepediente del presidente Artur Mas está a punto de perpetrarse un atentado sin precedentes contra los empresarios catalanes del sector de las ambulancias. Esta próxima semana está previsto que el departamento de Salud de la Generalitat dé a conocer el resultado del concurso convocado para la adjudicación de este servicio en los próximos diez años.
Es uno de los «concursos gordos»: la factura sube a 190 millones de euros para el año próximo y, durante el periodo de vigencia, puede acabar superando los 2.000 millones de euros. Por eso, las grandes corporaciones españolas e internacionales del sector se han presentado al concurso de la Generalitat y no dudan al hacer valer el «tráfico de influencias» a todo trapo.
Según ha trascendido, tres empresas pueden resultar las grandes beneficiarias de los once lotes territoriales que han salido a concurso: Falck-VL, Transport Sanitari de Catalunya (TSC) y Ambuibérica. Pero se da la circunstancia que las tres están controladas por capitales internacionales. En el caso de Falck-VL, por la multinacional danesa Falck. En el caso de TSC, por el fondo de inversión italiano Investindustrial (familia Bonomi). Y en el caso de Ambuibérica, por el private equity francés PAI Partners (filial de la Banque Paribas). Es decir: ¡Los grandes beneficios privados que generará este concurso de la Generalitat irán a parar a manos extranjeras!
En Catalunya hay muchas empresas de ambulancias de capital 100% catalán que pueden ser las grandes perjudicadas por la decisión que adopte el Servei Català de la Salut (SCS) y eso provoca una gran indignación en el sector. Además, desde hace meses se están detectando movimientos muy extraños que hacen presuponer que el concurso está pasteleado. Por ejemplo, Falck-VL ya ha encargado una nueva flota de ambulancias y ha alquilado un gran almacén logístico a la calle Xaloc de Sabadell (foto). Parece que tiene «informaciones fidedignas» de que se llevará una parte importante del «pastel» en juego. ¿Quién se lo ha dicho?