El destino de Fomento de Construcciones y Contratas (FCC) se decide este martes. Según las últimas informaciones, depende de la entrada de un nuevo accionista de referencia, que no será el multimillonario norteamericano George Soros. Esther Koplowitz, que controla un 50,1% de las acciones, necesita urgentemente un inversor para que FCC no quede condenada a un default antológico.
Una vez han fracasado las negociaciones para ampliar el capital con la ayuda de Soros, Koplowitz recurre al magnate mexicano Carlos Slim, el segundo hombre más rico del mundo, según el ranking elaborado este año por Forbes. El tiempo corre en contra del imperio Koplowitz para lograr la ampliación de capital. Este estado de necesidad, marcado por el escaso margen de maniobra, la amenaza de una enorme cifra de fondos propios negativos y su complicada situación en relación a los acreedores, genera, de entrada, una posición débil en el inicio de las negociaciones contra el reloj.
Situación límite
Según relata El Confidencial, este martes es el día D porque si no se cierra un acuerdo que asegure la asunción de al menos la mitad de la ampliación de capital de 1.000 millones de euros por parte de Slim, FCC se verá abocado al impago: este mismo día expira la prórroga que BBVA y Bankia otorgaron para alargar el pago de 1.000 millones de deuda.
Control Empresarial de Capitales, sociedad que pertenece a Inmobiliaria Carslo, controlada por Slim, es la clave. En cualquier caso, ninguna propuesta del multimillonario mexicano ha recibido el visto bueno de la Comisión Nacional de Mercado de Valores (CNMV), señala la misma información, lo cual puede atrasar la ampliación de capital.
La fecha del 25 de noviembre está marcada en rojo en el calendario de FCC y los Koplowitz por un doble motivo: no sólo expira la prórroga de la refinanciación concedida por BBVA y Bankia; además, vence un acuerdo logrado el pasado viernes con 37 entidades bancarias acreedoras que han aceptado una quita del 15% en un tramo de la refinanciación de FCC.
