José María Mena y Carlos Jiménez Villarejo, los dos fiscales que prepararon la querella por el caso Banca Catalana contra el entonces presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, y otros dirigentes de la entidad financiera, han mostrado su desacuerdo con la presentación de una querella contra el actual presidente de la Generalitat, Artur Mas, y varios consejeros por la celebración de la consulta del pasado 9 de noviembre.
Los dos fiscales consideran que no se pueden comparar esas dos actuaciones judiciales, a pesar de que ambas van dirigidas contra presidentes de la Generalitat y de que ambos afectados se defienden aduciendo que detrás está el Gobierno español.
Mena ha calificado de «estropicio» la presentación de la querella mientras que Jiménez Villarejo ha dicho que «lamento profundamente y, por supuesto, disiento de la decisión adoptada por el Fiscal General del Estado, con el apoyo de la Junta de Fiscales, de interponer una querella criminal contra la celebración del 9N». Ambos fiscales recuerdan que cuando interrogaron a Jordi Pujol en el Palau de la Generalitat, ahora hace treinta años, alguien pinchó las ruedas de su vehículo, estacionado en la plaza de Sant Jaume, y se preguntan qué pasaría ahora si un fiscal hiciera lo mismo con Artur Mas.
