Revuelta farmacéutica

El volumen de negocio de las farmacias ha caído un 20% los últimos años
jordi de dalmases
jordi de dalmases

Las farmacias han dejado de ser un negocio rentable. La reducción del número de recetas que prescriben los médicos, la política de precios a la baja de los fármacos que impone la administración, la presencia masiva de productos genéricos que dejan unos márgenes comerciales ridículos, los reiterados retrasos en el pago de los medicamentos subvencionados, el desvío de la dispensación hacia los hospitales y el incremento de los costes salariales de la plantilla conforman un cóctel explosivo que está provocando el cierre constante de establecimientos.

Por encargo de la Federación Empresarial de Farmacéuticos Españoles (FEFE), la consultora Vinces ha elaborado una profunda radiografía del sector, con propuestas para salir de este callejón sin salida. Los datos que se reflejan son preocupantes:

· En los últimos cinco años, la facturación de las farmacias españolas ha disminuido, globalmente, un 20%. Si en 2009 cada establecimiento facturaba, de media, 849.407 euros, en 2012 la facturación había bajado a 725.627 euros.
· Las recetas bonificadas por el Sistema Nacional de Salud (SNS) son la principal fuente de ingresos de las farmacias, pero el volumen de facturación por este concepto ha pasado de 590.895 euros de media por establecimiento (año 2009) a 455.351 euros (año 2012)
· El número de recetas también ha caído, pasando de 44.132 por farmacia (año 2009) a 42.586 (año 2012) y, a su vez, el precio medio por receta ha disminuido sensiblemente: de 13,9 euros de media (año 2003) a 9,5 euros (año 2012).
· En el periodo 2009/2012, la dispensación de fármacos genéricos ha crecido un 15%, mientras que la facturación de medicamentos en los hospitales también ha subido el 5%, factores que desestabilizan el sector y que también van en detrimento del negocio de las farmacias particulares.

Dos meses impagados
La situación de los farmacéuticos es muy precaria y, además, hay administraciones, como es el caso de la Generalitat de Catalunya, que demoran el pago de los medicamentos dispensados mediante receta. Esto supone un golpe durísimo para la economía de supervivencia que sufre el sector. Las empresas distribuidoras mayoristas cobran prácticamente al contado y si la administración -que es el principal cliente- no paga el importe bonificado de las recetas en el plazo establecido de 30 días, se provoca un grave desequilibrio en las cuentas de las farmacias, que se ven obligadas a reducir el stock y a comprar sobre la marcha muchos medicamentos con receta, generando una penosa sensación de desabastecimiento .

En el caso de Catalunya, los farmacéuticos ya acumulan dos meses de retraso en el cobro de las recetas y las perspectivas hasta finales de año son dramáticas, según las informaciones que les llegan del departamento de Economía de la Generalitat. Eso provocó, la semana pasada, la convocatoria de una asamblea extraordinaria del Colegio de Farmacéuticos de Barcelona, a instancias de un grupo de profesionales que ya están hartos de esta morosidad. De momento, la propuesta de efectuar un cierre masivo de los establecimientos ha quedado pospuesta.

Los bancos pagan
El malestar de muchos farmacéuticos se está enfocando también hacia sus colegios profesionales, que se encargan tradicionalmente de centralizar la facturación y el cobro de las recetas a cargo del SNS. Por esa tarea de mediación, los colegios se quedan con una comisión del 0,6%, que les proporciona unos ingresos anuales de unos 30 millones de euros. Pero con la implementación del sistema de receta electrónica esta tarea de mediación ha quedado obsoleta. Muchos farmacéuticos catalanes acusan a los cuatro colegios profesionales, en especial al de Barcelona -presidido por Jordi de Dalmases-, de ser muy mansos con la Generalitat debido a la comisión que se llevan para hacer de intermediarios y que les permite mantener unas estructuras parasitarias.

En este sentido, el informe de la consultora Vinces propone cambiar el sistema de facturación, prescindiendo de la mediación comisionista de los colegios. Gracias a las recetas electrónicas sería perfectamente posible el establecimiento de un convenio con la banca que permitiría el cobro automático de los medicamentos dispensados con receta, tal y como ya pasa en otros países. Ello reduciría las actuales comisiones del 0,6% al 0,06% que ofrecen algunas entidades bancarias sondeadas y, además, los farmacéuticos cobrarían de manera inmediata los medicamentos vendidos, eliminando las angustiosas tensiones de tesorería que sufren en estos momentos. Cómo es obvio, los colegios profesionales se oponen frontalmente al Sistema Eficiente de Facturación y Cobro (Sefaco) que propone la FEFE, que rompe el statu quo existente y elimina los privilegios que otorga el monopolio en la interlocución con las administraciones.

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