En su comparecencia, el pasado 26 de septiembre, ante la comisión de Asuntos Institucionales del Parlamento catalán para aclarar el affaire del dinero que Jordi Pujol tiene en Andorra, el expresidente de la Generalitat intentó tomar el pelo a los diputados y, por extensión, a la opinión pública catalana. Dijo mentiras, dijo medias verdades y guardó un mutismo total sobre las preguntas que le hicieron todos los grupos políticos de la Cámara, salvo el de CiU.
Para decirlo gráficamente: Jordi Pujol se meó en los diputados y en la máxima institución representativa de Catalunya. Eso sí, quiso enfatizar la importancia y la trascendencia de su comparecencia, remarcando el gran respeto que tiene por el Parlamento y todos los sacrificios políticos que comportó su restablecimiento, después de la muerte de Franco.
La historia que explicó el expresidente de la Generalitat a los miembros de la comisión de Asuntos Institucionales estuvo llena de incoherencias y lagunas. El hecho es grave porque Jordi Pujol leyó su intervención y, por lo tanto, quiere decir que se la había preparado con antelación y a conciencia.
Sobre el origen de este dinero dio, durante su comparecencia, dos explicaciones diferentes:
1. Era un «llegat o deixa» de su padre, Florenci Pujol, producto de los grandes beneficios que obtuvo en la Bolsa y, en especial, de su actividad como contrabandista de divisas en Tánger, en colaboración con su amigo David Tennembaum. Según esta versión, este «rincón» -que no tenía nada que ver con la herencia- se habría ido acumulando en un «banco extranjero», presumiblemente suizo, durante la década de los años cincuenta del siglo pasado. Pero esta historia no encaja con los hechos documentados. Recordamos que Florenci Pujol y David Tennembaum compraron la Banca Dorca en 1959 y que, desde entonces, su actividad se concentró al hacer crecer este grupo financiero. Además, aquel mismo año, Florenci Pujol y David Tennembaum fueron pillados en una batida judicial contra la evasión de divisas a Suiza y tuvieron que pagar una fuerte multa. Por eso, el más plausible es que este «rincón» se constituyera mucho tiempo después.
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