El ‘Bati’ se ha perdido la confesión de Pujol

Después de que Jordi Pujol confesara que escondió dinero en el extranjero durante 34 años todos hemos vuelto la vista atrás, reconstruyendo un poco nuestras historias personales. Al hacerlo, me he topado con Joan Lloret Devesa, el Bati. Pujol emitió el comunicado de confesión el 25 de julio. El Bati murió un 24 de julio, el de 2006. Han pasado ya ocho años. Él tenía entonces 54.

Fue uno de los periodistas que se creyeron, al menos durante una temporada larga, que su trabajo era controlar a los poderosos y a los políticos. Su perseverancia y tozudez en las denuncias cuando era corresponsal de El País en el Baix Llobregat provocaron la dimisión de algún alcalde socialista de la comarca.

Nos conocimos en el Diari de Barcelona y trabajamos juntos en algún reportaje de investigación. Lo recuerdo telefonenado a la mujer del entonces consejero Antoni Subirà desde la redacción del periódico para interrogarla sobre no sé qué asunto turbio.

Pero el momento más divertido que compartimos fue el día que me propuso ir a hablar con el jefe de prensa del departamento de Economía. El titular del departamento era, entonces, Macià Alavedra. Mientras esperábamos, curioseé en una impresora que había en la sala donde estábamos y descubrí un documento del que alguien había hecho fotocopias y se lo había dejado olvidado. Le di un vistazo, me pareció que quizás era interesante y me lo guardé en un bolsillo.

Al salir, lo miramos con calma y resultó que era un acuerdo del departamento que aceptaba como «incobrables» una serie de préstamos que había hecho. Perdonaba las deudas de varios grupos de comunicación y empresas vinculadas a dirigentes y diputados convergentes. Estaba claro que estábamos ante un caso grave de favoritismo y corrupción.

Al día siguiente, el Diari de Barcelona publicaba en portada el documento íntegro. Se organizó la marimorena, incluidas las amenazas de querella contra nosotros por haber robado un documento oficial. Por suerte, las amenazas no se concretaron porque seguramente el Bati y yo habríamos «pillado».

El periodismo de investigación a veces circula por caminos insospechados. «Tiempos aquellos» que no volverán. Por lo menos, con Joan Lloret Devesa al lado.

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