Felipe de Borbón, ya oficialmente el rey Felipe VI de España, ha homenajeado a su padre, el abdicado Juan Carlos I de Borbón, y a su madre, Sofia de Grecia, en su discurso en el Congreso de los Diputados pronunciado por motivo de su juramento como nuevo monarca. De su padre, ausente pero muy aplaudido, Felipe de Borbón ha destacado su aportación como jefe de Estado y el «proyecto de concordia nacional» que encabezó. En cuanto a su madre, presente al hemiciclo y receptora de una enorme ovación de los parlamentarios, reconoció su dignidad.
A partir de aquí, el nuevo rey ha trasladado sus esperanzas y convicciones, de cuya enumeración se pueden extraer no pocas lecturas sobre la actualidad política y la forma como su antecesor ha reinado. Ha hablado del futuro, de la España que quiere que se siga construyendo y ha invocado el consenso en los temas de interés general. Según ha dicho, la convivencia en paz de todos los españoles es la responsabilidad de los poderes públicos. Asimismo ha manifestado su intención de dignificar la institución monárquica, que ha defendido, mediante una conducta íntegra y transparente.
Si bien ha expresado su fe en la unidad de España, ha remarcado que «unidad» «no es uniformidad, señorías», justo antes de avalar la diversidad. En este sentido, ha defendido «el concierto de las lenguas» y la necesidad de protegerlas, porque, considera, garantizan puentes de diálogo. Los presidentes de Catalunya y el País Vasco, Artur Mas e Íñigo Urkullu, no han participado en los aplausos al final del discurso de Felipe VI.
