Según denuncian fuentes de los trabajadores del aeropuerto de El Prat, la Sala de Autoridades de esta instalación se ha convertido en un verdadero coladero por el que pasan, sin ningún tipo de control, personas que no tienen la autorización para hacerlo, pero que cuentan con el visto bueno de la Delegación del Gobierno en Catalunya, responsable de su gestión.
La Sala de Autoridades del aeropuerto está reservada, en el caso de los extranjeros, a dignatarios que hacen una visita oficial a Barcelona. Para ello, hace falta una comunicación entre las embajadas y el ministerio de Asuntos Exteriores que, a su vez, da las instrucciones pertinentes a la Delegación del Gobierno español para que abre este recinto exclusivo y de acceso restringido, que exime de la presentación de la documentación y del control de los equipajes.
Pero este estricto protocolo es vulnerado con mucha frecuencia y la Delegación del Gobierno, motu proprio, abre la Sala de Autoridades a personas que no tienen ningún tipo de derecho: ya sea porque su visita es de carácter privado para hacer turismo o porque no tienen la condición institucional para utilizar estas dependencias.
Es el caso, por ejemplo, de miembros de las familias reales de los países árabes que vienen a Barcelona con todo su séquito para pasar unos días de vacaciones y que utilizan la Sala de Autoridades para entrar y salir del Estado español sin tener ningún derecho. Esto es posible, afirman las mismas fuentes, gracias a una red de corruptelas que afecta a personal de la Delegación del Gobierno y a algunos responsables de las fuerzas de seguridad que están destinadas al aeropuerto de El Prat y que reciben generosos obsequios –en dinero y regalos- para hacer la vista gorda.
Las fuentes de los trabajadores de El Prat que han denunciado a EL TRIANGLE esta anómala situación se muestran muy preocupadas por el abuso que se está haciendo de la Sala de Autoridades. La falta de control es absoluta y esto hace que puedan entrar y salir del territorio español todo tipo de objetos y sustancias prohibidas, ya sean armas, drogas o divisas no declaradas.
