En la actualidad, se detecta un importante «movimiento» en las logias de Catalunya, algunas de las cuales están incómodas con su adscripción como «provincia» de la Gran Logia de España (GLE) y, de manera especial, con la actuación del Gran Maestro, el abogado valenciano Óscar de Alfonso, que fue reelegido en el cargo el pasado mes de marzo por un segundo mandato de cuatro años.
En el decurso de la XXXIII Gran Asamblea de la GLE, celebrada en Madrid, también se aprobó una declaración que ha encendido los ánimos de muchos «hermanos», donde se hacía una acèrrima defensa de la Constitución española de 1978 y del rey Juan Carlos I.
Un grupo denominado « del 8%» ha elaborado un comunicado donde se denuncia este posicionamiento político tan marcado, contrario a los principios de la orden y el compás, fundamentados en la libertad de opinión.
Además, el grupo » del 8%» recuerda que algunos reyes de la dinastía borbónica persiguieron sanguinariamente la masonería y que Juan Carlos I fue nombrado por el dictador Francisco Franco, autor de una carnicería de masones después de la Guerra Civil. De hecho, la masonería no fue legalizada en el Estado español hasta el año 1979.
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