La llegada, el pasado fin de semana, de 31.600 cruceristas a Barcelona creó grandes expectativas en los comercios del centro de la ciudad que, además, tenían el permiso del Ayuntamiento para abrir durante el domingo. Pero, según fuentes consultadas por este digital, las ventas no respondieron a los cálculos optimistas que se habían hecho los comerciantes.
Y es que, según denuncian, los operadores turísticos desviaron en autocares a miles de cruceristas hacia el outlet La Roca Village, que paga espléndidas comisiones a los intermediarios para atraer clientes. Según datos estadísticos, La Roca Village se ha convertido en el primer centro de atracción turística de Catalunya, con 3,3 millones de visitantes el año pasado, por delante del templo de la Sagrada Familia, que vendió 3,2 millones de entradas.
