Después de las tres vistas orales que se habían celebrado del juicio contra Elpidio José Silva, por encarcelar de manera «injustificada» el expresidente de Caja Madrid, Miguel Blesa, quedaba claro que la estrategia de suspender el proceso para poder hacer campaña para las europeas no le estaba saliendo bien al juez más mediático, con permiso de Baltasar Garzón. Pero Silva, además de ejecutar un plan B para darse a conocer desde el banquillo de los acusados, ha acabado ganando la partida y este jueves se ha suspendido su juicio hasta que se resuelva una nueva recusación.
El acusado ha pedido la nulidad del proceso, ha intentado perder su aforo, ha recusado al tribunal, ha intentado apartar a una de las magistradas que lleva el caso y ha renegado de la defensa de su abogado, el hijo del exfiscal general del Estado. Pero ninguna de estas medidas le había permitido suspender el juicio, hasta que este jueves se ha parado la cuarta vista con el fin de resolver la recusación que ha presentado contra el presidente de Sala, Arturo Bertrán, por falta de imparcialidad, y contra la magistrada María Tardón, por haber representado al PP.
Hasta que se ha conocido la noticia, el plan B de Silva pasaba por hacer campaña desde el banquillo de los acusados. El juez ha usado las plataformas digitales para intentar dejar en evidencia la justicia y, de paso, darse a conocer como uno de los candidatos que tiene que acabar con las malas praxis políticas y judiciales de este país.
Ahora que el juez se ha hecho popular, y que tendrá tiempo para hacer campaña, habrá que esperar la celebración de los comicios de mayo al Parlamento Europeo para ver si la estrategia mediática le sale bien al candidato de Movimiento Red. De momento, a pesar del ruido de estos días, sólo dos partidos, IU y Podemos, han opinado sobre la causa del magistrado que llevó a prisión a una de las personas más poderosas del país. Respeto por la justicia o miedo por la competencia política?
