La masonería española acaba de recibir un duro golpe. Según ha podido saber EL TRIANGLE, la empresa propietaria del edificio donde tiene su sede la Gran Logia de España (GLE) -la principal obediencia masónica del país- ha obligado a esta asociación a abandonar los locales centrales que ocupa en régimen de alquiler desde que fue autorizada por el Ministerio del Interior, después de la muerte del dictador Francisco Franco.
En los últimos años, la GLE ha hecho importantes inversiones para adecuar estas dependencias, ubicadas en la Gran Vía 617 de Barcelona, para hacer los rituales masónicos y que ahora las tendrá que dejar antes del próximo mes de septiembre. Según parece, el inmueble ha sido objeto de una compra-venta y los nuevos propietarios quieren vaciarlo de inquilinos.
¿Traslado a Madrid?
La orden de desahucio llega justo en el momento en que la GLE acaba de reelegir a su Gran Maestro, el abogado valenciano Óscar de Alfonso. Hay el temor que ante esta situación inesperada, la dirección de la masonería española pueda optar para trasladar la sede central de Barcelona a Madrid.
Las autoridades franquistas se incautaron, después de la Guerra Civil, del ingente patrimonio inmobiliario que tenía el Gran Oriente de España (el antecesor de la GLE). Pero, al contrario de lo ocurrido con los sindicatos y con otras organizaciones de la II República, los masones nunca han podido recuperarlo después de su legalización, en buena parte por culpa de sus querellas internas a la hora de reclamar la titularidad del legado.
