«Port Aventura y Barcelona World empiezan a andar juntos desde hoy mismo». Con estas palabras reveló el consejero delegado de Veremonte, Xavier Adserà, la entrada de un nuevo inversor en el macroproyecto de casinos, hoteles y tiendas de lujo que está previsto que se empiece a construir el próximo año a los términos municipales de Vila-seca y Salou, junto al parque temático.
El anuncio se había publicidad a bombo y platillo como el punto de inflexión inversor que tenía que consolidar y lanzar definitivamente el proyecto, pero el acuerdo se ha reducido a la incorporación de un nuevo gestor para el 50% de las plazas hoteleras del primero de los seis resorts previstos, el único que de momento tiene garantizada su construcción.
La familia italiana Bonomi, propietaria del grupo Invesindustrial que controla la totalidad de las acciones de Port Aventura después de haberlas adquirido de La Caixa, se establece por lo tanto como nuevo socio de Veremonte, la compañía que lidera el proyecto, presidida por todo un icono de la burbuja inmobiliaria española: el empresario valenciano Enrique Bañuelos.
Antes, Bañuelos ya se había asociado a Melco, empresa china de la familia Ho, vinculada a la mafia de su país por las autoridades de los Estados Unidos y dueños de varios casinos en Macao; la cadena hotelera Melià, que mantiene la gestión del otro 50% de las plazas hoteleras; y Value Retail, que administra el conocido outlet La Roca Village y otro similar en el municipio madrileño de Las Rozas.
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