«Todo el mundo que viene a la Administración llega de algún sitio y va a algún sitio». Con estas palabras, el conseller de Salud, Boi Ruiz, ha vuelto a rechazar la teoría de las ‘puertas giratorias’ entre la sanidad pública y la privada, según la cual directivos del sector privado acceden a cargos públicos y toman decisiones para su beneficio presente o futuro. Ruiz negaba así la presunta incompatibilidad de cargos de su número dos, Josep Maria Padrosa, el director del CatSalut, junto al que compareció el jueves en la Comisión de Salud del Parlamento.
La Plataforma de Afectados por los Recortes Sanitarios, la PARS, había calentado la comparecencia publicando que Padrosa figura todavía como apoderado de siete empresas sanitarias, a pesar de que el pasado mes de junio declaró que había sido dado de baja de todos sus cargos en la privada.
Cuatro de estas siete empresas pertenecen al hólding Corporación Fisiogestión, que tiene contratos vigentes con el CatSalut. La PARS mantiene que continúa habiendo un conflicto de intereses, puesto que Padrosa mantiene los cargos de responsabilidad en empresas proveedoras de servicios sanitarios del CatSalut, la entidad pública que dirige.
Según Ruiz, la sencilla explicación del asunto es que el hòlding Corporación Fisiogestión no dio de baja en el registro mercantil los poderes de Padrosa, que asegura que los contratos que él firmó con el grupo pertenecían a concursos anteriores al momento en qué tomó posesión del cargo.
Las empresas de las que Padrosa era el apoderado facturaron al CatSalut, organismo que concentra más del 90% del presupuesto del Departamento de Salud, más de 14 millones de euros el pasado 2012. El caso se destapó gracias al trabajo de la propia PARS, que forzó a la Oficina Antifraude de Cataluña (OAC) a abrir una investigación al respeto, de la que no se conocen todavía los resultados.
