De carácter tenaz y perseverante, como los buenos detectives, Maite Francés se ha sumergido durante meses en las interioridades del caso, hablando con los principales testigos e, incluso, con un asesor del ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz.
El pasado 6 de octubre, Maite Francés fue invitada al plató de Intereconomía TV, donde habló largo y tendido sobre las conclusiones a las que ha llegado, como detective, tras las investigaciones realizadas. Para ella, las cosas están muy claras. Fue Jorge Moragas, compañero de estudios de Victoria Álvarez, y, en aquel momento, asesor de Mariano Rajoy, quien la puso en contacto con Alicia Sánchez-Camacho.
Los negocios de la familia Pujol
Alicia Sánchez-Camacho y la ex amante de Jordi Pujol Ferrusola se vieron en un par de ocasiones y, finalmente, la dirigente del Partido Popular de Catalunya (PPC) le propuso que fueran a almorzar juntas un día para poder hablar tranquilamente del asunto: los negocios de la familia Pujol y, más concretamente, de todo lo que ella había visto y oído mientras mantuvo la tórrida relación sentimental con el primogénito del ex presidente de la Generalitat. Según Maite Francés, este es el único objetivo que, de verdad, sustenta todo este caso, conocer de primera mano las finanzas e inversiones de los Pujol en el extranjero.
A través de testimonios directos que ha recabado, la detective afirma, contundente, que en la época en que acontecieron los hechos, Alicia Sánchez-Camacho y el ex secretario de Organización del PSC, José Zaragoza, mantenían, a su vez, una relación íntima. Desde su experiencia profesional, Maite Francés está convencida de que ésta es la clave que ayuda a desentrañar el principal misterio: ¿Quién avisó a Método 3 que el 7 de julio de 2010 Alicia Sánchez-Camacho y Victoria Álvarez comerían juntas en un reservado del restaurante La Camarga?
La detective se ha puesto en contacto con José Zaragoza para que confiese en público la verdad de lo que ella ha averiguado, sin obtener respuesta. También ha hablado personalmente con Alicia Sánchez-Camacho para intentar convencerla de que se estaba equivocando con la versión que daba de los hechos y que con ello estaba perjudicando a terceros, compañeros suyos de profesión.
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