El pasado jueves 3 de octubre el grupo anarquista llamado Comando Insurreccional Mateo Morral colocó un artefacto explosivo en la basílica del Pilar de Zaragoza, que causó heridas leves a una turista que se encontraba a pocos metros, y daños materiales de poca consideración. El artefacto estaba compuesto por una bombona de gas llena con dos kilos de pólvora negra y un sistema de relojería diseñado para su activación.
Al día siguiente de la explosión este comando anarquista reivindicó la acción a través de un comunicado colgado en la web Contra Info. En el comunicado explicaban que no tenían intención de provocar ningún daño a los turistas y feligreses, y apuntaban las razones que habían motivado la colocación del explosivo en la basílica del Pilar. Uno de los motivos esgrimidos es que consideran este templo religioso un «estandarte fascista» y advertían que «lugares como este no son ni serán nunca lugares seguros». En el texto escrito para reivindicar la acción también criticaban a la Virgen del Pilar como patrona y reina de la hispanidad y lamentaban que se haga gala del «exterminio provocado por la civilización» en el continente latinoamericano.
Este grupo de anarquistas también recuerda que tras la victoria del ejército franquista en la Guerra Civil española en 1939, se declaró el Pilar «templo nacional y santuario de la raza», y pasó a ser un «lugar privilegiado para Franco y su séquito». La colocación del artefacto explosivo en la basílica del Pilar no es casual desde el punto de vista del comando anarquista porque recuerdan que en el templo está enterrado el ex arzobispo de Zaragoza Juan Soldevila, que falleció en 1923 en manos del grupo armado anarcosindicalista conocido como Los Solidarios, integrado entre otros por Buenaventura Durruti. El cardenal Soldevila era muy conservador y muy mal visto por los anarquistas, que lo consideraban uno de los financieros de los pistoleros de la patronal.
El anarquista Mateu Morral
¿De dónde proviene el nombre de Mateu Morral? Se trata de un anarquista catalán nacido en Sabadell en 1880, conocido sobre todo por ser el responsable del atentado contra el rey Alfonso XIII y Victoria Eugenia. Este atentado tuvo lugar el 31 de mayo de 1906, el día de la boda de los monarcas españoles, y lo llevó a cabo con una bomba de fabricación casera, oculta en un ramo de flores que lanzó contra la comitiva real desde un balcón. Una acción que provocó la muerte de treinta personas, pero tanto Alfonso XIII como Victoria Eugenia resultaron ilesos de la explosión.
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