Los dos ex presidentes de Ferrocarriles de la Generalitat de Catalunya (FGC), Enric Roig y Antonio Herce, condenados a cuatro años y medio de prisión por malversación, se han quedado sin el tercer grado concedido por el Departamento de Justicia. El titular del juzgado de vigilancia penitenciaria número 6 de Catalunya ha dejado sin efecto este tercer grado concedido.
El juez ha comunicado este viernes la decisión a través de un auto judicial, tras los recursos presentados por la Fiscalía de Barcelona el 11 de julio. Según la fiscalía, el tercer grado que están disfrutando Enric Roig y Antonio Herce «no se ajusta a derecho» y pide que se acuerde el segundo grado para los dos condenados, que ingresaron en prisión el 21 y 22 de mayo.
La Fiscalía argumenta en su escrito que los dos ex presidentes de FGC mostraron arrepentimiento «más por el temor al castigo que como rechazo de la actividad delictiva», y apunta que se aprovecharon del hecho que eran altos cargos para cometer delitos con afán de lucro. De hecho, malversaron 2,7 millones de euros para cobrar un fondo de pensión millonario.
La aplicación del tercer grado concedido por la Generalitat supone que los dos condenados duerman de lunes a jueves en un centro de régimen abierto que tiene la Generalitat en la prisión Modelo de Barcelona y no se queden en Cuatre Camins. Esta medida aplicada para Roig y Herce no responde al criterio general establecido por el propio departamento de Justicia. Según este criterio, los condenados tendrían que haber cumplido la mitad de la pena. En el caso de Roig y Herce no es así.
El consejero de Justicia, Germà Gordó, justificó en julio la aplicación del tercer grado, apuntando como argumento que son delincuentes primarios, que fueron voluntariamente a la prisión, tienen una condena corta y que pretendían devolver el dinero que se llevaron.
