Marruecos ha estallado de indignación con el indulto real concedido, con motivo de la Fiesta del Trono, a un súbdito de nacionalidad española que tiene documentación a nombre de Daniel Galván Viña y que cumplía una condena de 30 años de prisión por abusos a once menores de 3 a 15 años en Kenitra. Según ha trascendido, este pervertido sexual es de origen iraquí y disponía de una falsa identidad facilitada por el CNI, haciéndose pasar por un profesor jubilado de la Universidad de Murcia.
El escándalo de Daniel Galván Viña, que ha sido detenido en territorio español, corre en paralelo a la condena a perpetuidad impuesta a Ariel Castro, el hombre que secuestró y abusó de tres chicas durante los diez años en que las mantuvo en cautividad en su casa, en Cleveland (Ohio). Los depredadores sexuales de menores acostumbran a tener una vida aparentemente normal y ejemplar. Son enfermos mentales que, no obstante, causan un infinito dolor en sus víctimas, que arrastran el trauma de las aberraciones a que han sido sometidas durante el resto de sus vidas. Y no están muy lejos de nosotros…
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