El Papa Francisco se ha dado un baño de masas en su primer viaje a Brasil, el país con más cristianos del mundo. Unas 150.000 personas lo han esperado este miércoles en la visita que ha hecho al Santuario de Aparecida bajo el mal tiempo invernal. «Es cierto -ha dicho a la multitud- que hoy día, todos un poco y también nuestros jóvenes sienten la sugestión de tantos ídolos que se ponen en el lugar de Dios y parecen dar esperanza».
«El dinero, el éxito, el poder y el placer. Con frecuencia se abren camino en el corazón de muchos la sensación de soledad y vacío y esto lleva a la búsqueda de compensaciones de estos ídolos pasajeros», ha asegurado.
Después de la observación crítica, el Papa ha apuntado que la solución pasa para enseñar los jóvenes «estos valores inmateriales que son el corazón espiritual de un pueblo, la memoria de un pueblo», que «encuentran sus raíces más profundas en la fe cristiana».
Siguiendo la visita, Francisco se ha dirigido hasta la entrada de la Basílica para saludar a las decenas de miles de fieles congregados a la calle para escuchar la Misa. El Papa ha improvisado aquí unas palabras en español y ha anunciado que volverá a Aprecian en 2017, cuando se cumplirán 300 años de la aparición de la Virgen en el río Paraíba.