La imputación de la gerente del PSC en el caso de espionaje político ha dado alas al PP, que ha visto un camino para cargar contra los socialistas por su supuesta implicación con la empresa Método 3 y la grabación de la comida que Sánchez-Camacho mantuvo con la examante de Pujol Ferrusola.
El portavoz popular, Enric Millo, ha pedido este sábado la creación de una comisión de investigación al Parlament para que comparezcan los nombres de los presuntos implicados. El diputado ha hecho un llamamiento a los partidos para que, «si no tienen nada que esconder», voten a favor para que salga adelante la comisión.
Pero no hace ni dos semanas que la comisión de Asuntos Institucionales, donde ya compareció uno de los supuestos implicados en las espías, el convergente Xavier Martorell, aprobó las comparecencias de dos de los protagonistas del #camargate: la propia Camacho y el diputado del PSC, José Zaragoza.
El acuerdo para que los dos implicados se expliquen en la Cámara sólo contó con el rechazo del PP, que entonces tildó de «indecente» que se forzara la comparecencia Camacho, a quien consideran la «víctima» del entramado.
El PP ha disparado este sábado contra el PSC y CiU para que den explicaciones. Pero el principal implicado convergente, Xavier Martorell, ya negó en la cámara las acusaciones sobre el encargo de informes sobre partidos políticos, y Zaragoza ya tiene previsto comparecer.
El actual primer secretario de los socialistas catalanes, Pere Navarro, a quien el PP ya ha responsabilizado en parte de las escuchas y ha pedido que «no se esconda detrás la presunción de inocencia», ha descartado este mismo sábado dar explicaciones en la cámara. «No sé qué aportaría que yo comparezca en el Parlament», ha replicado.
