La nueva terminal de cruceros pone de acuerdo a los gobiernos catalán y español

Felip Puig y Ana Pastor alaban la colaboración entre los sectores público y privado y escenifican su buena entente neoliberal en el Puerto de Barcelona
Nova terminal port grimaldi
Nova terminal port grimaldi

Una muchedumbre de poderes fácticos se ha reunido este lunes por la tarde en el Puerto de Barcelona para inaugurar la nueva y flamante terminal de cruceros construida por el Grupo Grimaldi. A petición de los mandatarios de la navillera, siempre muy pendientes del visto bueno de Roma como bonos italianos, el cardenal arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, ha abierto un acto donde los gobiernos español y catalán, representados por la ministra de Fomento, Ana Pastor, y el consejero de empresa, Felip Puig, han mostrado buena entente a la hora de explicar sus tesis neoliberales.

 

«Cuando ves dos administraciones que se entienden y comparten proyectos, los favorecidos son los ciudadanos y las empresas», ha afirmado la ministra. Tanto Puig como Pastor han destacado la colaboración público-privada que ha permitido la realización este proyecto, «un modelo de éxito, especialmente en la gestión portuaria», ha añadido la titular de Fomento.

 

Pastor se ha mostrado partidaria de ampliar «las autopistas del mar, que ya son una realidad» y ha asegurado que el gobierno de Mariano Rajoy «trabaja para bajar las tasas portuarias». La ministra también ha repasado los asuntos pendientes del gobierno central con Cataluña en materia de infraestructuras y ha garantizado que antes de que acabe el verano se licitará el acceso ferroviario sur al Puerto de Barcelona y se ejecutarán las obras pendientes a la estación de alta velocidad de la Sagrera.

 

Tanto Pastor como el alcalde de Barcelona, Xavier Trias, han anunciado además que la puesta en marcha de la nueva terminal irá acompañada de una reforma de los accesos a la zona más industrial del Puerto «para acercar la ciudad al puerto y el puerto en la ciudad», han coincidido.

 

Martínez Sistach ha bendecido la terminal y se ha marchado rápidamente porque, según ha explicado, tenía que celebrar otra misa. En su parlamento, el arzobispo ha deseado que la nueva infraestructura «facilite la relación entre nuestro país y Roma» y ha dejado alguna frase para el recuerdo cómo: «todos los caminos conducen a Roma, también las rutas marítimas» o «disfruten felizmente de su viaje y lleguen con alegría al puerto de la seguridad eterna».

 

Grimaldi ha invertido 20 millones en la nueva terminal, diseñada por el arquitecto Yannie Levéque, que tiene una superficie total de 63.000 metros cuadrados ganados al mar y capacidad para embarcar y desembarcar 3.600 pasajeros simultáneamente.

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