AMANTS I EMPLEADES DEL BARÇA PER ORDRE PRESIDENCIAL

Laporta va intentar ocultar la seva relació extramatrimonial amb la seva amant brasilera i treballadora del club abans del vot de censura a 2008

Una demanda laboral presentada ante el FC Barcelona por una exempleada del FC Barcelona Flavia Massoli Teixeira acabó de dar a conocer los detalles de un episodio significativo de cómo se las arreglaba Joan Laporta en el Barça que presidió entre 2003 y 2010 para vivir a lo grande disfrutando de los recursos del club. Una de sus amantes puntuales, Flavia Massoli, llegó a ser empleada del club como miembro del departamento de Protocolo y Relaciones Institucionales del club hasta que el presidente dejó de relacionarse con ella sentimentalmente y fue despedida. La aspirante no cumplía ninguno de los requisitos para el puesto, pero fue contratada por orden de Joan Laporta, que la estuvo manteniendo a un buen nivel durante un tiempo.

Cuando hubo que despedirla, finalmente, sugieron problemas. Las crónicas de la época lo relataban así: “La ex empleada del departamento de protocolo del Barça, Flavia Massoli, denunció ante la autoridad laboral amenazas del presidente de FC Barcelona, Joan Laporta, y de otros miembros de la directiva para que firmara su cese voluntario en la entidad en el acto de conciliación fallido celebrado con motivo de la demanda presentada contra el club solicitando el seguro de desempleo y los meses correspondientes al paro que no ha percibido desde julio del año pasado. Sus abogados insistieron en que ese ‘cese voluntario’ lo aceptó Flavia Massoli bajo presión como consecuencia de las especiales circunstancias personales de su situación, pues admitieron como un hecho de “dominio público silenciado” que mantenía desde hacía varios años una relación sentimental con Joan Laporta.

“La ‘desaparición’ de Massoli de su puesto de trabajo se produjo repentinamente en el momento en que fue tomando cuerpo la posibilidad de que la directiva se enfrentara a un voto de censura. Flavia fue invitada primero a iniciar con urgencia sus vacaciones de forma precipitada. Ningún empleado del club dudó en aquel momento de los motivos de esa decisión, pues era notoria, reconocida y prácticamente pública su relación personal con el presidente del FC Barcelona, Joan Laporta. De hecho, su ingreso en la plantilla del club se hizo forzando al límite los controles de admisión y selección de personal en aquel momento. Según algunas fuentes, el deterioro progresivo de esta relación y el horizonte de un periodo ‘electoral’ inminente, previo al voto de censura, aconsejaron una separación temporal y forzosa por temor a empeorar la imagen del presidente Joan Laporta en aquel momento. A la vuelta de esas vacaciones, Massoli se encontró con la obligación, según han explicado sus abogados, de firmar su propio despido del Barça sin derecho a indemnización ni paro”.

PROGRAMAS DEL CORAZÓN

A diferencia de la prensa catalana, bajo control del aparato laportista, medios de Madrid sí que prestaron atención al tema

La caverna mediática españolista se ocupa del tema. El Mundo del Siglo XXI realizó un extenso artículo titulado “Lío con faldas en el Barça”, donde se podía leer: “En la entidad era un secreto a voces que Flavia mantenía una relación sentimental con Laporta. Eran amantes (…) Se conocieron en el Hotel Arts, donde trabajaba la brasileña. Poco después, el 3 de abril de 2006, recibió una oferta de trabajo del club presidido por Joan Laporta (…) Se trataba de un contrato temporal para atender, «principalmente, las solicitudes formuladas, entre otras, por fundaciones, hospitales, escuelas, y ONG»”.  Proseguía su información el diario madrileño: “El 29 de septiembre de ese mismo año, el contrato se transformó en indefinido. Por sus servicios a la causa blaugrana, percibía 2.541 euros brutos mensuales. La carioca se desenvolvía bien en su puesto, aunque muy a menudo tenía que soportar sarcasmos e ironías por su condición de favorita. A menudo, solía acompañar al equipo a los partidos que se jugaban en el extranjero y a los que también asistía la entonces mujer de Laporta, Constanza Echevarría (…) En 2006, Albert Pujol, ex director del museo de la entidad, criticó el fichaje de la brasileña en un controvertido dossier: «La nueva empleada Flavia Massoli, incorporada de manera directa y sin proceso de selección, no reúne las condiciones mínimas necesarias para el puesto. No habla bien el catalán ni el inglés, por otro lado, fundamental en su departamento”.

Con tanto ruido, Massoli recibió diversas ofertas para explicar su relación sentimental con Joan Laporta. Algunas, como la de Interviú, pudo ser frenada por el entorno del presidente. Sin embargo, la ex empleada brasileña acabó finalmente apareciendo en el programa “Dónde estás corazón” de Antena 3. Allí confesó que “me vuelvo a mi país por miedo. Jan me ha cerrado muchas puertas”, añadiendo que ningún abogado en Cataluña quería hacerse cargo de su caso. Reveló que le había comprado un coche y le había puesto un piso muy cerca del de su madre, desde cuyo balcón le hacía señas para comunicarle que ya había terminado de cenar y se dirigía hacia allí. Añadió que, para no ser reconocido por los vecinos, solía disfrazarse con gorros y gafas oscuras y desveló que cuando supo que iba aparecer en el programa le dijo: “Después de esta entrevista serás más famosa y una desgraciada”. Entre otras cosas manifestó que “Laporta no le tiene cariño a nadie (…) Me ha presionado (…) La prensa conocía nuestra relación, pero él es un hombre de mucho poder”.

Dijo Flavia entre otras cosas: “Tiene un amigo que le busca chicas para sus fiestas después de los partidos. Tuvo una relación con la hija del presidente de Uzbekistán”, añadió, lo que podría explicar, sólo en parte, su afición por ese país. Descubrió que en ese momento mantenía una relación con una chica de 23 años de origen árabe, “una nacionalidad que no le gusta nada a él”, que trabajó también en el club en el departamento de marketing. Enseñó la habitación que compartía con él y mostró su pijama favorito, “lo único que me queda de él (…) Lo que me ha hecho no se le hace a un animal”.

Según explicó Flavia Massoli en Antena 3, la relación había durado cuatro años, en paralelo con su matrimonio, y dio a entender que, al obtener la separación de su esposa, Laporta prefirió “llevar vida de soltero y salir de fiesta con sus amigos” antes que atarse a otra mujer. Confesó que tenía miedo, por eso “me voy de España” y retó a su ex amigo porque “él tiene más motivos para temerme a mí que yo a él”, justificándolo por las conversaciones con gente importante y poderosa a las que ella había asistido en calidad de acompañante. Igualmente afirmó que la prima hermana del presidente, Marta Segú, responsable de la Fundació del club, la acompañó a un hospital para valorar la posibilidad de someterse a un tratamiento de fertilidad.

También la prensa se hizo eco de otra relación de Laporta una recién llegada empleada al club, Sana Khouja, y de su encuentro en la calle con Flavia Massoli en el Paseo de Gracia de Barcelona, donde se dijo que protagonizaron un rifirrafe que acabó con Sana refugiándose en la heladería Farggi.

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