Policía patriótica y patriotas independentistas

Eldiario.es y La Vanguardia han aportado documentación nueva a algo que ya conocíamos: Mariano Rajoy, cuando era presidente del gobierno español, y Jorge Fernández Díaz, ministro del Interior, se saltaron las normas de un sistema democrático para conseguir y divulgar información verdadera o falsa que perjudicase la causa de los independentistas catalanes. Esos independentistas también se saltaron las normas democráticas en su carrera por conseguir lo que deseaban. Unos y otros se echaron el patriotismo por la cabeza sin respetar los contenidos de la Constitución española y el Estatuto de Autonomía catalán.

Las malas artes de la policía patriótica del gobierno del Partido Popular consiguieron lo que los periodistas nunca olieron porque no les interesaba a los propietarios de sus medios o por incompetencia. Tiendo a pensar que la culpa fue de los intereses de los dueños de los medios y no de unos periodistas que considero capaces de realizar buenos trabajos de investigación.

Entre mentiras, inventos y realidades, resultó que la policía patriótica de Fernández Díaz detectó que el expresidente de la Generalitat Jordi Pujol, su esposa y sus siete hijos tenían una fortuna no declarada a la Hacienda española escondida en un banco andorrano. Estos policías amenazaron a los responsables de este banco diciéndoles que si no entregaban pruebas de ese delito les cerrarían la marca bancaria con la que trabajaban en España. Los dirigentes del banco cedieron y El Mundo reprodujo en portada una captura de pantalla de los apuntes bancarios donde constaban los nombres y el dinero que la familia Pujol tenía escondido allí. Poco después, Jordi Pujol confesaba el secreto que había ocultado al público durante sus 23 años de mandato como presidente y que ningún periodista o medio había sabido o querido descubrir.

Puestos a desprestigiar a dirigentes independentistas, la policía patriótica filtró a algunos medios de comunicación números de cuentas corrientes en bancos suizos de Artur Mas, presidente de la Generalitat, y Xavier Trias, candidato a alcalde de Barcelona. Esos números eran falsos, aunque Mas y Trias fueron durante años beneficiarios del dinero que sus padres tenían en bancos suizos.

Entre verdades y mentiras nos plantamos en 2024 con una Ley de Amnistía que quiere perdonar las infracciones cometidas contra la democracia por los independentistas. Algunas voces proponen ahora que también se amnistien a los políticos y miembros de los cuerpos policiales que orquestaron la guerra sucia para debilitar el apoyo a la independencia.

Hay quien propone perdonar a Jordi Pujol por sus fechorías. El sociólogo independentista Salvador Cardús, por ejemplo. El día 18 escribía en X: “El presidente Pujol debe ser rehabilitado política y popularmente. «Y Al Capone también», comentó el escritor Xavier Rigall.

El juicio oral a los Pujol tendría que haber empezado hace dos años y medio. Artur Mas ha llegado a decir que su antecesor en la presidencia de la Generalitat se equivocó confesando su delito. En Catalunya antes teníamos un oasis en lo que se refiere al control de los gobernantes por parte de los medios de comunicación. Ahora tenemos un desierto.

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