El alcalde de Caldes de Malavella amenaza con un hacha a unos ocupas

El presidente del Consell Comarcal de La Selva, Salvador Balliu, ha afirmado que actuó como propietario de la vivienda “en un momento de nervios”

Hacha de leñador (Daniel Nebreda, Pixabay)
Hacha de leñador (Daniel Nebreda, Pixabay).

Unos jóvenes querían ocupar su casa y el alcalde de Caldes de Malavella, Salvador Balliu, amenazó con un hacha a unos jóvenes que, aparentemente, querían ocupar su vivienda. Un vídeo que circula por las redes sociales muestra a Balliu con el arma en la mano, discutiendo y echando a los jóvenes de la vivienda.

A las imágenes, los tres jóvenes le piden que se calme: “Para tío, ya nos vamos, pero para”, ha exclamado uno de los chicos, asustado. Después, el presidente del Consell Comarcal de la Selva ha continuado amenazándolos y les ha dicho “a mí me han pagado porque os eche”. Finalmente, el alcalde se va y los jóvenes corren en dirección contraria.

Balliu ha afirmado a Diari de Girona que la Policía Local le había alertado de la ocupación de la casa mientras él disfrutaba de las vacaciones de Semana Santa. Inicialmente, ha explicado, los ocupas se habían mostrado dispuestos a irse, pero posteriormente habrían alargado la estancia. Por eso, el domingo 17 de abril pidió a la policía que lo acompañara a la casa, donde se encontró con las cerraduras cambiadas y sin poder entrar, pero no había nadie.

El día siguiente, Lunes de Pascua, volvió él sol y vio a un perro y a una mujer que empezó a gritar. Salieron de la casa un par de chicos de unos 25 años con palos en las manos y empezaron a discutir y empezó un forcejeo. Según indica, le llegaron a perseguir con los palos y le echaron de casa. Nervioso por una “situación muy violenta que no deseo a nadie”, cogió las herramientas que llevaba a la furgoneta y sacó el hacha, que es lo primero que encontró, y se produjeron los hechos de las imágenes que se ven al vídeo.

El alcalde gerundense ha afirmado que temió por su integridad física y que, “en un momento de nervios”, se defendió con el primero que encontró a mano. “Si no, me habrían pegado”, ha asegurado. Finalmente, los ocupas marcharon aquella misma tarde. Balliu ha afirmado que actuó como propietario de la vivienda, pero pide disculpas a cualquier persona que se haya podido sentir ofendida. “Me echaron y me querían agredir. Fue una situación muy violenta y de muchos nervios”, ha declarado.

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