Boicotear el Mundial de Qatar

La primera pregunta que debe hacerse es si hay que hacer o no un campeonato del mundo de selecciones en un país que no es democrático. Estamos hablando, en este caso, de Qatar, un país que es una monarquía absoluta gobernada por la dinastía de la familia Al Thani desde el siglo XIX. Un país en el que se contemplan sanciones penales como la lapidación o la flagelación y donde los actos homosexuales son ilegales y pueden ser castigados con la pena de muerte, una pena vigente en el país aunque no se ha aplicado desde 2003. Un país que se rige por la sharia, con una aplicación menos rigurosa para con los derechos de las mujeres que otros países árabes pero donde las que son violadas pueden ser condenadas por adulterio.

En Qatar viven unos 2,6 millones de personas, el 80% de las cuales son inmigrantes. Por tanto, hay más gente nacida en la India que en Qatar. Los países que más trabajadores migrantes aportan, después de la India, son Bangladesh, Nepal, Pakistán, Egipto o Filipinas. Son estos trabajadores migrantes los que han construido los campos de fútbol y las instalaciones que se utilizarán en el campeonato del mundo que empezó ayer. Las condiciones de vida de estos trabajadores son durísimas. La presión de las asociaciones defensoras de los derechos humanos ha conseguido moderar algunos de los abusos cometidos contra los trabajadores; sin embargo, muchos viven en condiciones indignas, hacen jornadas de trabajo muy largas, bajo unas temperaturas elevadísimas, están mal pagados y a menudo son víctimas de malos tratos . 6.500 de ellos han muerto realizando obras y trabajos vinculados al campeonato del mundo, según The Guardian.

Con este panorama, ¿hay que hacer boicot a una competición que moviliza a cientos de millones de espectadores en todo el mundo y por la que la mayor parte de las selecciones que participan han sudado sangre y tinta para clasificarse?

¿Podemos ver los partidos ignorando el contexto en el que se celebrarán?

En mi entorno quien está más decidido a hacer ese boicot son las personas a las que no les gusta el fútbol. Las amantes de este deporte suelen decir que están a favor del boicot pero que verán a los partidos y seguirán el desarrollo de la competición. También hay quien dice que porqué hay que boicotear una competición porque se haga en Qatar cuando no se ha reclamado con la misma fuerza cuando China o Rusia han organizado Juegos Olímpicos. Algunos miran atrás y recuerdan el Mundial que organizó Argentina bajo la dictadura de Jorge Videla o, incluso, los Juegos Olímpicos en la Alemania de Hitler.

Puestos a hacer memoria, habría que decir que el ex jugador y entrenador del Barça Josep Guardiola jugó un par de años en el equipo Al-Ahli, de Qatar. “Sin duda es el país del mundo islámico más abierto y occidental. Es un sitio seguro y la gente tiene libertad”, ha llegado a decir. El actual entrenador del Barça, Xavi Hernández, jugó cuatro años en el equipo qatarí de Al Sadd y cuando colgó las botas lo entrenó durante dos temporadas. Ha sido embajador de esta Copa del Mundo y verá parte de la competición desde los estadios construidos con la sangre y la vida de muchos migrantes.

Yo, como canta Alejandro Sanz, tengo el corazón partido. El Siscu activista por los derechos humanos y la justicia ve claro que hay que boicotear el Mundial de Qatar. El Siscu futbolero quisiera ver el mayor número de partidos. Veremos quién se impone. Pero los dos Siscus están de acuerdo, eso sí, en que la crítica a la dictadura de Qatar debe continuar cuando el equipo que gane el Mundial levante la copa de campeón, el próximo 18 de diciembre.

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