“Ahora la guerra es entre blancos, rubios y con los ojos azules”

Entrevista a Jordi Calvo

    Economista. Coordinador e investigador del Centre Delàs d’Estudis per la Pau. Profesor sobre conflictos armados y relaciones internacionales en varias Universidades. Miembro de la Junta del International Peace Bureau. Entre sus publicaciones, “Gasto militar y seguridad global” (Icaria Editorial).

     

    Pensando en “Golpes Bajos” ¿Malos tiempos para la paz, de ahora o de siempre?

    Lo primero que habría que decir es que, dese hace ya muchos años, décadas, los institutos especializados en identificar cada año los conflictos armados, siempre cifran entre 35 y 50-60 lo que se encuentran activos cada año. Es decir, conflictos armados, guerras, las hay desde siempre. Podemos decir que en estos últimos años ha habido un número más elevado en muchos lugares del mundo, sobre todo en países del continente africano y Oriente Medio, como bien sabemos, y algunos otros lugares. Pero ahora que la guerra está en Europa o a sus puertas, y que estamos participando en ella de una manera más directa o entendible y que, sobre todo, sufrimos sus consecuencias en el día a día, es quizás cuando sentimos que estos son malos tiempos para la paz. Puede estar produciéndose un cambio de tendencia, porque desde la guerra de los Balcanes no habíamos percibido que los europeos podríamos habernos visto involucrados en una guerra. Parecía que el proyecto europeo, y por extensión occidental, era algo exitoso en muchos aspectos y también en el de evitar la guerra, o al menos de evitar sus efectos. Finalmente, se ha visto que este proyecto no ha sabido evitar la guerra. 

    ¿Seguimos pues prisioneros de nuestro etnocentrismo? ¿En la medida en que las cosas ocurren más lejos de nosotros más próximas están del infierno?

    Esto se estudia en los conflictos. Desde siempre, de un modo u otro y quizás desde un visión neo-colonial, hemos pensado que la guerra es cuestión de otros, bárbaros, que no saben evitarla, que no tienen remedio… Con un complejo de seguridad, percibimos que haya guerras en otros lugares, pues es lo que ha habido y lo que hay, y lo aceptamos o toleramos. Por esa sensación de lejanía, por falta de empatía, de compartir menos aspectos identitarios y de supremacismo, asociamos la guerra a los “bárbaros”. Pero ahora, que la guerra es entre blancos, rubios y con los ojos azules, la cosa cambia. Esto ha ocurrido siempre y puede ser una explicación del porqué en esta guerra se han podido tomar unas decisiones y no otras. Pero la explicación es más compleja. Esta es una parte más de percepción cultural, pero en una guerra como la de Ucrania no es casual, no ha venido sin más, ni por sorpresa. No es solo cuestión de una parte, el Gobierno ruso, que ha decidido hacer algo, totalmente rechazable obviamente, y que estamos reaccionando a ello, sino que tenemos que ser conscientes de que lo que ha ocurrido ahora es algo que no se debía haber dejado que ocurra.

    ¿Forma parte esta guerra, como casi todas las contemporáneas, de lo que se denominan “fases bélicas del capitalismo”; es decir, enfrentamientos armados entre intereses en conflicto?

    En una clase, hablábamos hace poco de la guerra en Ucrania y de cómo se había construido todo un relato rápidamente, cosa que hacía sospechar de que había quién desde un inicio sabía que iba para largo. Se empezó utilizando todo aquello necesario para explicar “la guerra justa”. Cosa que implica que se lucha por algo que vale la pena, que hay que pelear para conseguir algo bueno, que se trata del bien contra el mal… También aquí, en España, en boca de dirigentes políticos, hemos podido oír que se trataba de una la lucha por la libertad, por la democracia, por la defensa de nuestros valores, etc. Es decir, se le intentó dar un componente necesario, para justificar luego lo que iba a pasar. La guerra, que nadie quiere, entre personas normales y corrientes, necesita una gran preparación para asumirla como necesaria. 

    Soy hijo de la guerra de Vietnam, que originó un gran debate. Ahora, con la guerra de Ucrania, no hay lugar para la disensión…

    La guerra de Vietnam fue el conflicto en el que EE.UU. y todos los gobiernos del mundo han aprendido de los errores que se cometieron, desde el punto de vista de la comunicación política. En Vietnam es la ultima guerra de la que hay imágenes terribles, con efectos incontestables. Viéndolas, cualquiera puede pedir que pare esto. A partir de entonces, en ninguna otra guerra, en la que han estado EE.UU., Europa, la OTAN, incluso Rusia, se facilita el acceso a las imágenes. En las guerras de Irak, Afganistán… es prácticamente imposible ver imágenes del sufrimiento humano causado por el Ejército. Hemos llegado a un punto de sofisticación de la comunicación, incluso en un conflicto armado, que resulta insuperable a nivel de manipulación, y de conseguir tener solo una visión de las cosas. Esto ha ocurrido en Ucrania, de manera muy rápida y, en consecuencia, resulta muy difícil situarse en contra.

    Sabíamos muy poco de Ucrania y a este paso sabremos aún menos ¿No tiene la guerra de Ucrania visos de guerra civil, si no entre hermanos, al menos entre primos o parientes algo más lejanos?

    Carecemos de información y no se explica qué es lo que está ocurriendo en Ucrania, que es un conflicto muy complejo. La mitad de la población de Ucrania o más tiene familiares rusos. Existen vínculos muy profundos, que podían hacer pensar que el gobierno ruso, liderado por Putin, fuera incapaz de utilizar la violencia al nivel que lo está haciendo, con una ofensiva militar que no parece precisamente orientada a conseguir el apoyo de la población local. En cualquier caso, no me atrevo a pensar que pueda entenderse como una guerra civil. Si se explicara con una claridad necesaria a qué responde este conflicto y no hubiera otros intereses detrás, como se explican otros, probablemente sería imposible justificar la participación de Europa, la OTAN o EE.UU. (que es quien está realmente implicado) en él. 

    ¿La OTAN, que sobrevivió al Pacto de Varsovia, y que Trump pareció obviarla, reaparece ahora con todos los atributos de los muertos vivientes?

    Esta es una de las claves, el dejar en manos de una organización militar como la OTAN las cuestiones de seguridad. La seguridad de Europa en manos de una organización militar, creada y liderada, sin contestación, por EE.UU. La OTAN, hay que decirlo claramente, es una herramienta para ampliar el poder militar de EE.UU. en el mundo. Sin más. Esto, con el tiempo, se nos ha olvidado. Hace lo que toda buena organización militar hace: aprovechar las debilidades del enemigo para seguir avanzando. Eso es lo que ha hecho en todos estos años. Ha aprovechado los momentos de debilidad rusos para ir acercándose y ganándole terreno. La OTAN no ha dejado de hacer lo que sabe hacer.

    ¿Todo ello a beneficio del desarrollo armamentístico?

    Tenemos que saber que esto no ha sido nunca diferente. Ahora, lo que no nos explican es que Europa es al menos corresponsable de lo que está ocurriendo en Ucrania. Era evidente la estrategia de cerco a Rusia, y no olvidemos que la OTAN era una manera de expansión de EE.UU. en el Atlántico y en el Mediterráneo. Presencia militar que es también enorme en el Pacífico. Aunque esto no justifica ni de lejos la intervención de Rusia en Ucrania, hay que reconocer que Putin lo tiene bastante fácil cuando hace valer que está haciendo frente a un acoso. Todo lo cual, claro, apelando al ultranacionalismo. Esta claro que, en un contexto de shock de seguridad, nada tiene de extraño que se intenten aumentar los gastos militares: ayudas a las empresas armamentísticas, programas de compras de armas conjuntas en la UE… Todo en la idea de acelerar la llegada a ese 2% del presupuesto dedicado a defensa en cada país. Mensaje de marketing que alguien se inventó en una cumbre de la OTAN, y que no responde a ninguna necesidad. 

    Después del susto de Trump, se depositaron en Biden esperanzas de cambio a mejor en el mundo ¿De algún modo, se están cumpliendo, o todo lo contrario?

    Es curioso, pero parece que EE.UU. sabía lo que iba a ocurrir desde antes de que pasara lo que está ocurriendo en Ucrania. La gente no estábamos escuchando el mensaje de lo que venía. En definitiva, las guerras de este calado no son tan diferentes en uno u otro momento. Entre los economistas, al analizar las guerras siempre se acaban encontrando las razones relacionadas con la codicia y el poder. Dentro de 20 años, cuando veamos quién ha ganado, quién ha mejorado sus posiciones estratégicas y económicas, entenderemos algo más del porqué ha pasado todo esto.

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