La consejera de Bienestar Social, Asunción Sánchez Zaplana, ha comentado por los pasillos de las Cortes que la Generalitat Valenciana comprobará si los almacenes de los bancos de alimentos del País Valenciano están desproveídos, y en ese caso se encargará de nutrirlos.
Es decir, Sánchez Zaplana no acaba de creerse que pese a las fotos, las entrevistas y los reportajes publicados incluso en los medios de comunicación afines a su partido, los almacenes de Valencia y la Pobla de Vallbona se están quedando vacíos. Ni que hasta 9.000 familias valencianas puedan verse afectadas por esta situación si no hay una respuesta solidaria inmediata.
La consejera de Bienestar Social no debe de saber que el primer día sin servicio de comedor en las escuelas hasta 84 niños, un 37,7% más, acudieron a la Casa Caridad en Valencia respecto a los 61 niños que lo hicieron el 31 de mayo. Ni que hace un año en el Banco de Alimentos de Valencia se almacenaban 300.000 kilos de comida mientras que ahora hay 40.000.
Los alimentos se acaban, señora Consejera, y la demanda no para de aumentar. Pero eso tampoco lo debe de saber. Porque en caso contrario, no se entiende la ausencia de un plan de emergencia. Decía la titular de Bienestar Social cuando tomó posesión del cargo que quería «poner cara a los problemas». Dese un paseo por los barrios de Valencia, Asunción, quizás se encuentre unos cuántos.
