‘Malamente’

Ahora mismo hay una chica de Sant Esteve Sesrovires (Baix Llobregat), Rosalía Vila, que está triunfando a nivel mundial y que ya ha actuado en la gala de los premios Grammy de música latina. Rosalía Vila tiene 24 años y su último trabajo, El mal querer, ha sido la sensación de este verano allí donde ha actuado.

Los elogios a la calidad y a la inteligencia de esta chica del Baix Llobregat le llegan de todos los rincones del planeta y ya hay quien la ha bautizado como la "Beyoncé del flamenco". Ella no es gitana ni tiene antecedentes musicales en su familia: todo lo que ha conseguido es fruto de su pasión por la música, de su trabajo y de su genialidad innata.

Su canción Malamente ha estallado en YouTube y en Spotify y se ha convertido en un hit con millones de descargas. El éxito fulgurante que ha conseguido esta joven artista a través del boca a oreja y de las redes ha llamado la atención de la multinacional Universal y del oscarizado Pedro Almodóvar, que ya la ha fichado para intervenir en su próxima película.

Rosalía Vila es catalana, pero canta en castellano. Los críticos le reconocen su innovadora y original fusión del flamenco con otros ritmos, como el trap, el R & B o el reggaeton, que caracteriza su estilo. Nadie le ha regalado nada: su vocación artística, el descubrimiento de las raíces del flamenco y muchos años de estudiar y de practicar son la base del actual y merecido reconocimiento que tiene en todo el mundo.

Dicen que nadie es profeta en su tierra y Rosalía Vila, tampoco. El hecho de que cante en castellano y que su música se inspire en los barrios y los polígonos del extrarradio la hacen epidérmicamente ingrata al poder político hegemónico establecido en Cataluña. 

Ni la consejera de Cultura, Laura Borràs, ni mucho menos el presidente Quim Torra -que se extasía ante la escolanía de Montserrat- se han dignado a recibir y a felicitar a esta chica de Sant Esteve Sesrovires por el eco internacional que está alcanzando en su trayectoria musical. Tampoco a nadie del Palau de la Generalitat se le ha ocurrido otorgarle la Cruz de Sant Jordi, cuando tal vez es, ahora mismo, la “artista catalana más universal".

Tampoco TV3 ni Catalunya Ràdio le han dado la atención que merece. Y es que Rosalía Vila "no es de los nuestros". Aquí radica uno de los dramas de la supuesta República catalana en la que estamos instalados. Los independentistas son los campeones de la "democracia", de la "libertad de expresión" y del "somos un solo pueblo", pero dentro de unas fronteras mentales y culturales muy cerradas, identitarias y excluyentes. 

El gran reto que tenemos los catalanes es asumir, aceptar y valorar la globalidad y la pluralidad de nuestra sociedad, con independencia de la procedencia y de la lengua en la que se exprese cada uno. Desgraciadamente, estamos muy lejos de alcanzar este nivel de civilización y de madurez, aunque esta dimensión cosmopolita y mestiza es y será el pan de cada día del siglo XXI. Malamente, mu mal, mu mal.

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