El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, es una persona con una dimensión espiritual muy connotada. Lo explica la periodista
Pilar Ferrer, que acostumbra a tener muy buenas fuentes de información en la cúpula de la antigua CDC, en un artículo publicado en
La Razón. Según esta periodista, Carles Puigdemont está muy influenciado, en este sentido, por su esposa,
Marcela Topor, a quien atribuye “
fuertes creencias espirituales”, y forman una pareja dotada de una “
cultura visionaria”.
Pilar Ferrer recuerda en su artículo que a Carles Puigdemont, cuando era joven, le gustaba “
disfrazarse de nigromante y leer libros de magia”. Sus amigos de infancia también recuerdan que “
le gustaba la trascendencia, viajar y conocer nuevos mundos”.
En el palacio de la Generalitat, el presidente se ha rodeado de almas sensibles. Su jefe de Comunicación, Jaume Clotet, acaba de publicar el libro “El cátaro proscrito”, premio Néstor Luján de novela, donde trata sobre esta rama mística del cristianismo, destruida a sangre y fuego por los cruzados franceses en la Edad Media. Y la directora general de Coordinación Interdepartamental de Presidencia, la poderosa Elsa Artadi, es una ‘fan’ de la meditación budista.