Por primera vez, desde que fue detenida e imputada, Elisenda Villena habla a un medio de comunicación. Una vez la Audiencia de Barcelona ha archivado la denuncia interpuesta por el PP, esta experimentada detective -que fue clave en la organización de la grabación de La Camarga- explica algunos detalles de un affaire que ha hecho correr ríos de tinta
¿Cómo ha recibido la noticia del archivo del Camargate?
Bien, al menos ya he dejado de ser una presunta delincuente. En este sentido, me alegro.
¿Se ha hecho justicia?
En mi opinión, no. El archivo se ha basado en un concepto jurídico muy claro: «el perdón del ofendido» extingue la causa penal y no necesita mi consentimiento ni el de ningún otro imputado. Es una acción unilateral. A mí no me tenían que perdonar nada, pero la Ley es muy clara sobre este tema y la Audiencia así lo ha sentenciado.
Pero, ¿usted también solicitó el archivo del sumario?
Obviamente, si quiero quedar desimputada, cuanto antes mejor. Llevamos casi un año con una instrucción judicial kafkiana y, en mi opinión, que el fiscal se negara a archivar era una argucia para proseguir con este show interesado, excusándose con el argumento del «interés general». Y no es mi opinión, de hecho, la sentencia de la Audiencia de Barcelona dice: «Y en cuanto a los intereses generales que pudieran verse afectados por el presunto delito, sólo puede entenderse referido exclusivamente al requisito inicial de perseguibilidad y no a las consecuencias que se deriven del mismo por el tratamiento que a través de los medios de comunicación se produzca, o del aprovechamiento político que pudiera pretenderse. Y este Tribunal no consigue entender que la afectación de los intereses generales pudiera producirse por el ataque al derecho a la intimidad de dos personas concretas, aunque una de ellas ocupe un cargo público.»
¿Habla de una instrucción judicial manipulada?
Yo creo en la justicia. Llevo trabajando en mi profesión 30 años, aportando pruebas en diferentes juzgados de España, y afirmo que se hace justicia. Otra cosa es que es impartida por seres humanos y, por lo tanto, susceptible de errores. Lo que pasa es que si la justicia afecta políticos o poderosos, la cosa cambia. Lo vemos diariamente.
Pero, ¿piensa que la instrucción sumarial fue interesada?
Mire, la famosa grabación de La Camarga estaba en el juzgado, a disposición del fiscal y de las defensas. Escuchándola, se constata cómo llegaba nuestro falso «secretario personal» (el empleado Àlex Borreguero) a La Camarga, de parte de Alicia, para traer el centro floral que tenía que colocarse en la mesa. Se escuchaba como pagaba la comida y se intuía claramente que el día anterior ya había estado a La Camarga. Además, avisaba que al final de la comida pasaría a recoger el centro floral.
¿El falso asistente personal de Alicia enviado por Método 3 fue al restaurante el día anterior?
Claro. De hecho, fuimos porque Alicia no quería llevar la grabadora encima y la idea era colocarla en algún lugar del reservado. Por eso fue uno de nuestros detectives y dijo que era el asistente personal de Alicia y que quería revisar el lugar previsto para la reunión y verificar que todo estaba al gusto de Alicia.
Tanto es así que durante la comida, David -el propietario de La Camarga- interrumpe la famosa reunión con Vicky y le explica a Alicia que ayer (el día anterior a la comida) vino su asistente personal (Alicia no tenía asistente personal) para ver el reservado. El mismo David le comenta que como que él no estaba, lo atendió su personal, porque de haber estado, ya le hubiera dicho al asistente que Alicia conocía perfectamente las instalaciones del restaurante y la carta, puesto que era clienta asidua y que no requería ninguna supervisión previa. Prosigue David explicando que de cualquier manera el falso asistente inspeccionó el reservado y, entonces, es la propia Alicia quien lo interrumpe y dice, que sí que sí, que lo encontró todo muy bien.
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