España admite «un conflicto diplomático» con Flandes

La región belga califica de acto "muy hostil" la retirada del estatus diplomático de su delegado en Madrid
Josep Borrell
Josep Borrell

El ministro-presidente de Flandes, Geert Bourgeois, ha dicho que la retirada del estatus diplomático de su delegado en España, André Hebbelinck, es "acto muy hostil". La retirada del estatus había sido anunciada este martes por el Ministerio de Exteriores español en respuesta por las críticas del presidente del Parlamento flamenco, Jan Peumans, a la democracia española.

Para Geert Bourgeois esta actitud de España es una decisión inédita en las relaciones de países de la Unión Europea asegurando que "esto nunca ha pasado en la historia de la Unión Europea, nunca desde la creación de la Comunitat Europea del Carbón y del Acero". El mandatario flamenco ha anunciado que piensa contactar con la embajadora de España en Bélgica para aclarar lo que ha pasado y tratar de que Madrid dé marcha atrás.

La polémica empezó cuando el presidente del Parlamento de Flandes, Jan Peumans, mandó una carta a Carme Forcadell en la que dudaba de que España cumpla con los parámetros para estar en "una Unión Europea democrática". Peumans ha insistido a posteriori y reiteradamente en este posicionamiento evidenciando su apoyo al independentismo catalán.

Este miércoles, el ministro de Exteriores, Josep Borrell, ha reconocido que el problema entre España y Flandes "es ya en sí un conflicto diplomático" y ha dado por hecho que "va a haber una respuesta". Borrell ha afirmado que "no vamos a quitarle importancia a las cosas" añadiendo que "España no puede permitirse que, una vez tras otra, el presidente de un Parlamento actuando como tal diga que somos un país que tiene que ser expulsado de la UE", remachando que "hemos advertido tres veces, y a la tercera va la vencida".

El titular de Exteriores ha asegurado que el presidente del Parlamento flamenco, a título personal ,"puede decir el que le venga en gana" pero que no puede decir lo qué ha dicho en cartas "con sello y membrete del Parlamento", una cámara que según Josep Borrell "no se ha pronunciado sobre el tema". Borrell ha sentenciado que "eso ningún país que se respete lo puede tolerar".

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