En el PSC no están para experimentos "ni con gaseosa en casa" cuando se habla de encarar las próximas elecciones municipales del 26 de mayo de 2019. En un buen número de municipios catalanes donde alcaldes del PSC llevan unos cuántos mandatos gobernando se había hablado, negociado y acordado hacer cambios y renovar candidaturas. En algunas ciudades y pueblos, con la voluntad de rejuvenecer al futuro alcalde; en otros, para hacer un ejercicio de paridad y cambiar, fundamentalmente, hombre por mujer; y en algunos otros casos sencillamente para buscar un candidato o candidata con más carisma.
Pero en el PSC tienen claro que las próximas elecciones municipales, como ya ha ido pasando últimamente en todas las diferentes contiendas electorales, sean del ámbito geográfico que sean, el debate propiamente municipal se verá contaminado por el conflicto independentista. Y los socialistas catalanes saben que en este contexto su perfil ha sido desdibujado durante años y que en la batalla entre los pro y los contra ellos han quedado al margen. Por todo ello, todos los cambios que el PSC tenía previstos para renovar y mejorar, en algunos casos, los carteles electorales a las próximas municipales se han parado y se dejarán "para una mejor ocasión". Es decir, la consigna es que "allá donde tengamos alcaldes, no haremos cambio de candidatos. No sea que con el recambio perdiéramos la alcaldía".
Se da la circunstancia que hay municipios donde el alcalde socialista, como también pasa con los de otras formaciones, lleva bastantes mandatos ostentando la vara de mando del municipio. Para poner algunos ejemplos de poblaciones de la conurbación de Barcelona donde el PSC ha gobernado largamente, hay un puñado de alcaldes socialistas que llevan como mínimo tres mandatos seguidos, como sería el caso del alcalde de Cornellà de Llobregat, Antoni Balmón; el de Viladecans, Carles Ruiz; la de Esplugues de Llobregat, Pilar Díaz; el de Sant Joan Despí, Antoni Poveda; el de Sant Andreu de la Barca, Enric Llorca, o el de Sant Just Desvern, Josep Perpinyà, a pesar de que, eso sí, algunos de ellos entraron como alcaldes a medio mandato de su predecesor. Y si no hay un descalabro, todos estos y un buen puñado de otros volverán a ser cabeza de cartel del PSC el próximo 26 de mayo.
El efecto Sánchez podría animar nuevos candidatos
Los socialistas catalanes esperan que la llegada de Pedro Sánchez a la presidencia del gobierno central les ayude a poder reunir suficientes candidatos para presentarse a las próximas elecciones municipales, especialmente en pequeños municipios. Y es que antes de la llegada de Sánchez a la Moncloa, el PSC veía como un problema de difícil solución poder garantizar la presentación de candidaturas socialistas en localidades de menos de 1.500 habitantes.
En estos pueblos, la presión contra quienes se habían significado como socialistas era "prácticamente insoportable", como apuntan dirigentes de los socialistas catalanes, especialmente después de que el PSOE diera su apoyo a la aplicación del artículo 155 de la Constitución para permitir al Estado tomar el control de la administración catalana. Con la llegada de Sánchez a la presidencia del gobierno central, el PSC pudo volver a respirar, puesto que, como señaló en su momento el secretario de organización del PSC, Salvador Illa, con el acceso del PSOE a la presidencia de España, los socialistas "hemos pasado de ser los del 155 para pasar a ser quienes hemos echado a Rajoy".
Antes de la batalla del procés, el PSC había tenido una importante e histórica implantación municipal en los grandes municipios. Ha gobernado en las cuatro capitales de província catalanas y siempre ha tenido presencia en las alcaldías de la poblada área metropolitana de Barcelona. Con el procés llegó el declive del papel como gran fuerza municipal del PSC, y ahora con el efecto Sánchez esperan la remontada.
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