Joan Maria Piqué, hasta ahora director del Programa Internacional de Comunicación y Relaciones Públicas "Eugeni Xammar" en el departamento de la Presidencia de la Generalitat, pasa a ser a partir de este miércoles coordinador internacional y relaciones públicas del mismo departamento, directamente al servicio del presidente de la Generalitat, Quim Torra.
Según publica el Diario Oficial de la Generalitat (DOGC) este martes, Piqué mantiene su retribución (de funcionario "del grupo A, nivel de destino 30, y complemento específico de 39.699,12 euros anuales), pero en vez de proponer líneas de actuación al secretario de Comunicación de la Generalitat e impulsar un canal con los medios foráneos, su tarea se enfoca sobre la figura del presidente y amplía su influencia a toda la acción exterior del gobierno catalán. Además, ahora su jornada y horario serán "de dedicación especial”.
Así, según la descripción de sus nuevas responsabilidades incluida en el DOGC, Piqué coordinará y planificará la relación de Torra con los medios internacionales y "otros actores vinculados con la formación de opinión pública" en el exterior, y apoyará en este ámbito a los responsables de comunicación de los consejeros, ex-presidentes y altos cargos.
También difundirá la política del gobierno entre los medios internacionales y los "otros actores vinculados", coordinará la política comunicativa de las consejerías con actuación en el exterior con la de Presidencia y los contenidos de las redes sociales enfocados a la difusión exterior.
De este modo, Torra incorpora a su núcleo a una controvertida figura de confianza de los gobiernos de Artur Mas y Carles Puigdemont que ha destacado por sus polémicas con varios corresponsales extranjeros y periodistas españoles destinados en Bruselas, a menudo aireadas precisamente en las redes sociales.
De hecho, un informe del 2017 de Reporteros Sin Fronteras recogió testimonios de varios periodistas que lamentaban el uso de los canales de comunicación habilitados a los corresponsales para distribuir propaganda con un "fuerte sesgo político", así como advertencias y correcciones.
"Han intentado imponerme una visión ficticia del «pueblo catalán»", aseguró sobre Joan Maria Piqué la corresponsal de Le Monde en España, Sandrine Morel, en su libro En el huracán catalán. Dan Hancox, de The Guardian, dijo de él en 2016 que "piensa que quejarse diariamente sobre Ada Colau es una buena estrategia", y le espetó: "¿Por qué no me envías algunas noticias o anuncios del gobierno catalán en vez de comportarte como un troll de Twitter?"
Paralelamente, el hombre fuerte de la comunicación exterior de la Generalitat se ha enganchado a menudo con periodistas españoles con la internacionalización y la permanencia de Cataluña en la Unión Europea en caso de secesión como trasfondo. Incluso se las tuvo con Pablo Pérez, responsable de estrategia digital y redes sociales de la Comisión Europea.
