La jefatura de los Mossos d’Esquadra revisó a posteriori las más de 11.000 actas que sus agentes desplegados el 1-O en Cataluña llenaron sobre su actividad en la jornada del referéndum, previamente declarado ilegal por el Tribunal Constitucional y la celebración del cual, según el mandato judicial, tenían que haber impedido o mirado de impedir.
Fue el comisario Joan Carles Molinero, de la Comisaría Superior de Coordinación Central (CSUCOC), quién expuso en una reunión de mandos de la policía autonómica celebrada el 13 de octubre que se había tenido que hacer un «esfuerzo ingente» para «revisar» aquel número de actas confeccionadas, dado que evidenciaban en muchos casos «falta de supervisión, contenidos insuficientes, falta de información» y «algunas actitudes poco profesionales».
Este dato sale a la luz después de que la Guardia Civil haya analizado los correos electrónicos del excap de los Mossos Josep Lluís Trapero, desde agosto del 2017 hasta la fecha en qué fue cesado.
En el informe en que se recogen estos e-mails se incluye la transcripción de lo que se dijo en aquella reunión de la cúpula policial catalana. Allá, el mayor expresa su orgullo por la tarea realizada. «Hemos hecho lo que teníamos que hacer y l0o que queríamos hacer. No nos podemos permitir que dirijan nuestras actuaciones», llega a decir, sin dejar de comentar lo que opina de los pasos que en aquel momento ya se han hecho en los tribunales, y que le acabarán afectando.
«Se tiene que tener en cuenta que una posible DUI los atemorizaba, por la incertidumbre del futuro. Y como elemento humano provoca miedo en la judicatura, que condiciona sus actuaciones y que, en parte, nosotros pagamos», dijo.
