El amianto matará a 40.000 personas hasta 2040

Las víctimas denuncian un "genocidio laboral y social"
La fábrica de Uralita en Cerdanyola del Vallès cerró en 1997
La fábrica de Uralita en Cerdanyola del Vallès cerró en 1997

Los últimos años han muerto 40.000 personas en España como consecuencia de haber trabajado o haber tenido contacto con productos hechos con amianto. La Unión Europea prohibió en 2000 la utilización de este mineral y España se sumó a la prohibición dos años después. El mal, pero, ya estaba hecho. Los efectos sobre la salud ya eran incurables y varios cánceres, especialmente de pulmón, y el asbestosi (fibrosi pulmonar) se han ido cobrando vidas implacablemente. Parece que no se podrá hacer nada para evitar que otras 40.000 personas mueran por esta causa hasta el 2040.

José Luis Gómez, vicepresidente portavoz de la Asociación de Víctimas Afectadas por el Amianto de Cataluña AVAAC), califica las consecuencias del uso del amianto como "uno de los mayores genocidios laborales y sociales de la historia de la humanidad". Esta asociación y el colectivo de abogados laborales Ronda luchan caso por caso para conseguir indemnizaciones por las víctimas del amianto. El pasado 8 de septiembre conseguían una victoria en esta larga lucha cuando un juzgado condenó la empresa Uralita a indemnizar con 1,7 millones de euros a 14 vecinos de Cerdanyola del Vallès y Ripollet.

Uralita cerró el 1997, pero su fábrica de Cerdanyola ha dejado una marca terrible en la ciudad, que es el municipio de España con más prevalencia de cáncer de pleura por culpa del amianto que se manipulaba. En esta población vallesana se detecta un enfermo afectado por el amianto cada semana y todos sus habitantes conocen alguien que ha muerto por culpa de este cancerigen.

AVAAC y el colectivo Ronda convocaron una concentración el 6 de octubre para reclamar que las administraciones se tomen más seriamente la defensa e indemnización de las víctimas del amianto. Asistieron representantes de asociaciones que sufren el mismo problema en Bélgica, Francia, Japón, Italia o Inglaterra, de los metros de Madrid (donde los sindicatos han denunciado la presencia de amianto en los túnel), Barcelona y la ciudad de Toledo, donde hay un vertedero descontrolat de este material. La presión de la AVAAC continúa. "No nos queda más remedio que seguir luchando y visibilitzant este problema", dice José Luis Gómez.

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